ENSAYO TERCER PARCIAL




LA EDUCACIÓN EN EL DESARROLLO HISTÓRICO DE MÉXICO.





Estudiante:

Elvis Ivane Nicolás Barrera



Docente asesor:

Daniel Avilés Quezada


INTRODUCCIÓN
En este ensayo se hablará principalmente de cómo fue la transformación educativa en el siglo XX y el papel que jugaron las perspectivas socialistas, el nacionalismo, la centralización y la descentralización educativa. Para ello, mencionaré algunos temas de importancia como la educación en la revolución, la educación postrevolucionaria, la centralización educativa, el milagro mexicano, la descentralización educativa y el sindicalismo mexicano, todo esto será complementado con citas textuales de algunas lecturas abordadas durante el curso. Redactaré con el mayor detalle cada hecho relacionado a los temas mencionados y resaltaré la importancia de cada uno, describiré la situación del país durante la revolución mexicana, la evolución que tuvo la educación, así como sus incontables beneficios y también, las principales dificultades y obstáculos que se presentaron. Haré mención sobre el papel que desempeñaron los maestros durante ese periodo, así como de las consecuencias que esto generó, sus beneficios, desventajas etc. Otro aspecto fundamental del cual también hablaré es del ámbito político, las medidas que se tomaron para combatir las problemáticas de aquel entonces, los errores que se cometieron, los principales actores que intervinieron durante este proceso de cambio en la nación, las acciones del pueblo mexicano ante esta situación y los resultados que se obtuvieron tiempo después de haberse iniciado la revolución.
Para finalizar, hay un apartado de conclusiones en el que daré mi punto de vista sobre dichos acontecimientos, describiré lo que pienso sobre ello, las posibles ventajas y desventajas, los beneficios de los que gozamos en la actualidad gracias a lo sucedido tiempo atrás, etc.

DESARROLLO.
Durante la revolución mexicana, que inició en 1910, nuestro país estaba en un gran conflicto económico, político, social y educativo, los recursos con los que se contaban en aquel entonces eran suficientes para llevar una digna calidad de vida, sin embargo, existía una muy mala repartición de tierras y riquezas. Todas aquellas personas que se dedicaban a trabajar honestamente en la agricultura o la ganadería eran severamente explotadas por los caciques y el gobierno actual. Los campesinos, granjeros y agricultores necesitaban obligadamente trabajar para llevar alimento a sus casas, y esta era una situación que aprovecharon muy bien algunas personas, en especial los ya mencionados caciques y personas que tenían un buen cargo político, ellos, ofrecían trabajo en sus haciendas a cambio de un sueldo miserable, las condiciones laborales eran muy malas, pero era la única opción para conseguir unos cuantos centavos.

 ¡Pobres gentes! ¡Esclavos unos en su propia patria, extranjeros otros en su propia tierra, arrastraban penosamente una vida material inferior y una vida espiritual sumida casi en la inconciencia! Despojados de sus propiedades rústicas, con ese despojo les arrasaron también sus derechos para ilustrarse. ¡Al fin eran indios y al fin eran rancheros y campesinos miserables! ¡He aquí la filosofía oficial que antes de la revolución prevalecía en el país en relación con esta gente abnegada y generosa que en el campo trabaja laboriosamente para que no nos falte a nosotros el pan de cada día! (Ramírez, 1986, p.1)
Es por ello que se inició este movimiento, principalmente se exigía la devolución de las tierras a los legítimos dueños. Poco tiempo después aparecieron las escuelas destinadas al campo, en las que se enseñaba solamente a leer, escribir y a realizar las operaciones básicas o comunes de la aritmética, en estas instituciones se permitiría el acceso a todas las personas que así lo solicitaran. Esto era una medida gubernamental que no trajo beneficios significativos, lo que se enseñaba en dichas escuelas llamadas también “rudimentarias” no mejorarían las condiciones económicas ni educativas, pero estaban abiertas para la sociedad en general, además, brindaban alimento en la medida de lo posible como un atractivo para que la gente asistiera.
A pesar de que esta idea era muy buena, yo creo que no era lo que los campesinos necesitaban en ese momento y ese fue uno de los motivos por los cuales este tipo de educación fracasó, pero de cierta manera si sirvió de algo, ya que fue un punto de partida donde se obtuvo un panorama más amplio acerca de a dónde se quería llegar. La decisión sobre el rumbo que se le daría a la educación era muy complicada, por lo que se solicitó la opinión pública de los ciudadanos. Hubo muchas críticas y comentarios que no ayudaban en nada, de hecho, eran muy negativas y se demostraba la poca visión que se tenía sobre la educación, sin embargo, a pesar de que eran pocas las opiniones positivas, con ellas se realizó un gran avance y evolución.
Algunos maestros participaron en este proceso, aunque la mayoría prefirió no hacerlo y acatarse a las órdenes del gobierno, sin embargo, surgieron algunas consecuencias para ellos, principalmente monetarias, ya que el salario que les correspondía se retrasaba o simplemente no llegaba a sus manos. El constante cambio de la educación era muy notorio y afectaba a muchas personas.
Al principio, el cambio más notable fue la interrupción del antiguo proyecto para federalizar la enseñanza primaria, uniformándola en todo el país mediante la centralización, las asambleas nacionales de instrucción pública y el acuerdo entre el gobierno federal y los gobiernos de los estados. Esta uniformación pretendía construir un sistema nacional de educación primaria moderno con elementos comunes e igual orientación en toda la república. (Arnaut, 1998, p.2)
El movimiento centralizador tenía como objetivo que el gobierno federal se hiciera cargo de la organización y administración de la educación de todo el país, sin restricción alguna, cosa que el movimiento revolucionario no permitió. El conflicto sobre el rumbo que se daría a la educación trajo consigo una riña entre normalistas de distintos orígenes, todos querían ser directivos u ocupar un cargo importante para poder deliberar y elegir los contenidos más viables para enseñar en las escuelas. Como resultado, hubo instituciones que adoptaron una forma de trabajo encaminada hacia las labores locales que los campesinos ejercían, eran como una especie de escuelas técnicas que buscaba formar estudiantes con bases y fundamentos de trabajo que serían de gran utilidad en el contexto en el que se encontraban.
Se sabe indudablemente que los maestros participaron en la revolución, aunque se desconoce que tanto se comprometieron con este movimiento. Comparando la situación de aquel entonces y de la actualidad, podríamos decir que probablemente, ellos nunca se opusieron a las decisiones que el gobierno tomaba ya que su pago era proporcionado por la misma autoridad, sin embargo, inmersos o no en dicho movimiento se puede afirmar que también sufrieron algunas consecuencias, motivo por el cual, pudieron decidir y unirse a los revolucionarios. Incluso con esa incógnita, es un hecho verídico que los normalistas y profesores tenían un sentimiento de empatía hacia los analfabetos, que generalmente eran campesinos, y tuvieron mucha más influencia que los universitarios al momento de decidir y cambiar los planes y programas de estudio.
Una de las mayores dificultades para valorar la magnitud y el sentido de la participación del magisterio en la revolución es que se trata del grupo profesional más numeroso, con la más extensa distribución geográfica en el país y con una mayor heterogeneidad social, profesional y económica. Con esas características puede ocurrir una especie de ilusión óptica al valorar la participación de los maestros en las actividades políticas y militares de 1910 a 1917. (Arnaut, 1998, p.6)

Años más tarde, se creó el plan de Guadalupe, el cual, mencionaba que habría libertad municipal por lo que deberían hacerse cargo de la educación pública propia. Con esta acción, los estados centralizaron el rumbo de la enseñanza al punto de casi federalizarla, pero había muchas personas que aún creían en la funcionalidad de las escuelas rudimentarias. A pesar de que el país se estaba preocupando por mantener en buenas condiciones todas las escuelas, no se podía cambiar el hecho de que existía una enorme desigualdad económica, por lo que el mantenimiento de las escuelas resultaba ser muy complicado. A pesar de ello, los maestros fueron presionados y constantemente vigilados para que la educación y contenidos que impartieran dentro de las escuelas fueran de calidad y poco después, se declaró que los municipios tendrían la libertad de organizar sus planteles, elegir maestros, personal administrativo etc.
Según testimonios de algunos maestros, podemos darnos cuenta de que, a pesar de que se estaban implementando medidas, en aquel entonces, para mejorar la calidad de la educación del país estas no tuvieron resultados inmediatos, el proceso por el cuál pasaron muchos docentes fue bastante complicado, el incentivo económico no era muy bueno, las condiciones de algunas escuelas no era la apropiada y todavía debían enfrentarse a los ideales de los lugareños que tenían una arraigada creencia en la educación religiosa. A todo esto, también podemos sumar que los materiales con los que contaba cada plantel eran insuficientes, todo parecía estar en contra en ese momento, pero no fue motivo suficiente para seguir intentando mejorar en este aspecto. Todos tenían fe en que el mejoramiento de la educación ayudaría a cambiar la situación de toda la república, desde el ámbito político, social y cultural.
Había que atender la problemática de las fuentes de recursos económicos para la supervivencia y enfocar la solución con los elementos humanos y materiales disponibles, sin desalentarnos la pobreza de los mismos. Para ello el maestro formularía un plan de desarrollo apropiado a las circunstancias ubicando y asesorando a los elementos activos de la comunidad y cuando los recursos propios no bastaran, promovería la gestión ante las autoridades oficiales sin esperar pasivamente los resultados. (Escobedo, 1987, p. 6)
De este modo aparecieran las escuelas socialistas, las cuales, también eran llamadas humanistas debido a que tenían que adaptarse a las condiciones políticas y económicas del lugar donde se encontraran ubicadas, improvisar material didáctico e incluso aulas para poder impartir clase, ya que el gobierno no siempre tenía los recursos ni la disposición para cubrir esta situación.
José Vasconcelos aparecería con un proyecto para crear una secretaria de educación pública, la cual, federalizaría la educación. Se pidió la opinión de muchas personas y la mayoría estaba de acuerdo, aunque otros pocos seguían haciendo mención de las escuelas rudimentarias. Los periódicos de ese tiempo estaban muy atentos a cada una de las discusiones y decisiones que se tomaban en torno a este asunto, aunque todos estaban de acuerdo con la creación de esta secretaría, todavía faltaban debates y cuestionamientos por hacer. La cámara de diputados era quien tenía la última palabra, y había integrantes de la misma que seguían teniendo dudas acerca del funcionamiento del proyecto de Vasconcelos, temían un fracaso rotundo y por eso no estaban de acuerdo, aunque no fue motivo suficiente para inferir en la decisión final.
Mientras este proceso se llevaba a cabo, Vasconcelos inició una cruzada educativa, la cual, tenía como objetivo principal acabar con el analfabetismo. Morales (1986) señala “las condiciones de la cruzada: crear un cuerpo de profesores honorarios de educación elemental, formado por personas de ambos sexos que hubieran cursado como mínimo el tercer año de la primaria” (P.1).

Se hizo un comunicado a la sociedad en general para formarse como maestros, se les enseñarían ciertos contenidos y habilidades para educar a niños y niñas, de esta forma, todos contribuirían a la erradicación del analfabetismo. Los resultados que se obtuvieron con los llamados “maestros honorarios” no fueron los mejores ni los más favorables, así que, después de haberse aprobado y creado la secretaría de educación pública en 1921, se tomó la decisión de crear un ejército de niños, los cuales, tendrían que enseñar a leer a 5 analfabetos para poder recibir un diploma por las buenas labores que como buen mexicano realizó. Además, si estos niños querían inscribirse en la escuela secundaria tendrían mayor preferencia que el resto de los solicitantes.

En las escuelas se les enseñaba a los estudiantes actividades manuales encaminadas específicamente al trabajo, lo que se pretendía era brindarles herramientas laborales que les serían de mucha utilidad en la vida, además, los maestros eran libres de decidir lo que se enseñaría en cada institución siempre y cuando atendieran a las necesidades y requerimientos del lugar en el que se encontraban. Poco a poco, los beneficios de la creación de la secretaría comenzaban a notarse, la matrícula escolar comenzaba a crecer y esto se debía a los buenos resultados que se estaban obteniendo, se atendían todas y cada una de las instituciones educativas de la mejor manera posible, las supervisiones constantes hacían más fácil la detección de necesidades de cada plantel y, había un buen trato por parte de los profesores.

Todo parecía marchar bien, pero llegó el momento de enfrentarse a algunos obstáculos. Al parecer, los maestros honorarios no estaban cumpliendo con su función, la mayoría de ellos estaban desistiendo y de a poco comenzaron a desaparecer, Vasconcelos creyó que el entusiasmo por mejorar sería suficiente para que cualquier persona fuera capaz de convertirse en maestro, pero no fue así. Además, los alumnos asistían a la escuela sin haber desayunado y no retenían conocimiento alguno, es por ello que se tomó la decisión de brindar desayunos a cada alumno que asistiera.

Aunado a estas situaciones, continuaba el conflicto por la centralización de la educación. Había muchas concepciones de esta situación, algunos creían que esta acción ayudaría en gran medida al país para unir esfuerzos y brindar educación en todos los rincones del país y para todos los alumnos, sin embargo, otras personas lo veían como un mal, ya que pensaban que se le quitaría a cada estado el derecho de poder decidir con libertad los contenidos y el rumbo que se le daría a la educación. Algunos comentarios se enfocaban principalmente en que se paralizaría, de cierta forma, la autoridad de los estados, pero, para cada crítica desfavorable, había una respuesta fundamentada que hacía aún más claros los beneficios de la centralización educativa. El principal opositor de esta acción fue Justo Sierra, quien siempre explicaba por qué no debía uniformarse la instrucción básica, pero, a pesar de todos sus intentos, el congreso de la unión finalmente decretó conveniente el hecho de tener un sistema nacional de educación popular basado en la uniformidad de la educación primaria obligatoria, laica y gratuita.

Después de la revolución, respecto al ámbito económico y político, comenzó a nacer la idea y la intención de industrializar el país, lo cual, significaba que el principal sustento económico estaría en la ciudad y no en el campo, como era de costumbre. Este proceso logró expandirse cada vez más y en poco tiempo, al igual que en el porfiriato, la sustentabilidad de la economía mexicana dependía de manera considerable de las inversiones e industrias extranjeras.

El Estado debía dedicarse a crear y mantenerla infraestructura de la economía, intervenir lo menos posible en las áreas de producción directa para el mercado y abordar solo aquellas donde la empresa privada se mostrará desinteresada y temerosa o fuera incapaz de mantener una presencia adecuada. Poco a poco, pese a las protestas empresariales, la practica estatal y las deficiencias empresariales privadas cuajaron lo que se dio en llamar un sistema de "economía mixta", en persistente estado de conflicto y negociación del Estado-empresario con la burguesía nacional, cada vez más consolidada. (Meyer, 1997, p.192)
A partir de este hecho, se ha considerado que la mayor parte de la inversión del país ha sido mayoritariamente del sector privado. Tiempo después, ocurrió algo que fue llamado “el milagro mexicano” ya que la producción total de la república aumentó mucho más del doble en unos cuantos años, y mientras más pasaba el tiempo, la producción también aumentaba de a poco. El ingreso económico se debía, en su mayoría, a la producción del sector industrial, mientras que la agricultura representaba una minoría. La estructura económica cambió, así como la social, ya que hubo un incremento muy considerable en la población mexicana, en pocos años aumento bastante el total de habitantes y para después de haber transcurrido 40 años había incrementado 50%. Los cambios que se realizaron en el gobierno o presidencia no fueron considerables, de hecho, pudieran llamarse secundarios, porque se conservaron los mismos rasgos y características de siempre, solo se perfeccionaron un poco.
El país entero sufrió una serie de cambios muy considerables y notorios, era un grado de urbanización menor que se podía percibir fácilmente, pero, a pesar de los buenos resultados obtenidos con la industrialización, la marginación de algunas comunidades y estados seguía estando presente. Respecto a los partidos políticos, el PRM (partido revolucionario mexicano) comenzaba a degradarse y dejó de existir en 1946, pero se transformó, cambio su estructura e ideales para convertirse en el PRI (partido revolucionario institucional)
Incluso con estos cambios tan considerables, todavía no había los recursos económicos suficientes como para competir con otras naciones, especialmente con Estados Unidos, la riña que existía era muy fuerte, pero, en caso de que pudiese iniciarse una guerra en aquel entonces entre México y EU, el ganador sería más que obvio. De pronto, comenzó la segunda guerra mundial y los problemas que había con los norteamericanos quedaron en segundo término, casi completamente olvidados, de hecho, se realizaron los primeros préstamos internacionales para que México produjera de manera más rápida y efectiva las materias primas que Estados Unidos requería.
Nuestro país estableció una relación de comercio con EU, se exportaban productos a precios bajos y algunos mexicanos tuvieron que trabajar en Norteamérica, incluso, algunos sirvieron para el ejército y perdieron la vida durante algunos enfrentamientos sufridos con países europeos. Pero ni siquiera esos enfrentamientos fueron suficientes como para eliminar la relación comercial entre ambas naciones. Al final, el único resultado que se obtuvo de la guerra fue que el país con el que se tenían más transacciones, exportaciones e importaciones era Estados Unidos, la inversión que el vecino del norte hacía en nuestro país era muy considerable, de hecho, también llevó a un crecimiento económico y, aunque había una muy buena complicidad, México decidió no participar más en conflictos armados de EU con otras naciones.
México se convirtió en un modelo y ejemplo a seguir para otras naciones, aunque esto no duró mucho ya que se presentó una crisis económica internacional, los comercios extranjeros ya no producían tantos beneficios económicos como al principio, además, la producción agrícola también se vio afectada y no solo fue incapaz de exportar productos a otros países, tampoco fue posible cubrir la demanda interna de abastecimiento de alimentos. Esta época fue muy difícil y la idea de la industrialización ya no era efectiva, se había opacado, en ese entonces era el momento indicado para generar otras ideas y lograr de nuevo la sustentabilidad económica que tanto añoraban y que se perdió con tanta facilidad.
El descubrimiento y exportación de petróleo era un sustento económico que permitió por un momento, buscar más alternativas de organización social o ingresos económicos, sin embargo, los recursos monetarios que se obtenían no eran suficientes y el país continuaba pasando por una crisis económica muy grave.
Tiempo después, en materia educativa, el proyecto centralizador falló y llegó la descentralización con la que se suprimió a la secretaría de instrucción pública. Este hecho hizo que la responsabilidad administrativa y económica de las escuelas recaería nuevamente en los ayuntamientos. Durante la gubernatura de López Portillo se creó una nueva política educativa que tendría como principal objetivo mejorar la calidad de la educación en el país, y esto, a través de la transformación de la enseñanza normal y el sistema de control y evaluación del trabajo docente. Esto fue motivo suficiente para provocar un conflicto entre la SEP y el SNTE, ya que el sindicato estaba totalmente en contra de esas dos reformas. 
"Volver al espíritu de la Constitución de 1917", fue la frase medular del anuncio de la descentralización educativa, hecho por el presidente Miguel de la Madrid, el 1 de diciembre de 1982. Eso significaba literalmente transferir la responsabilidad absoluta de la educación básica y normal federal a los gobiernos locales. (Meyer, 1997, p. 263)
Aunque está muy claro el objetivo, este hecho iba más allá de lo que pudiéramos rescatar literalmente, no solo se trataba de descentralizar en términos administrativos, sino de la descentralización constitucional y política de la educación básica y normal del gobierno federal a los estados y municipios. A pesar de que las propuestas y objetivos eran muy buenos, la descentralización se fue moderando de a poco por varios motivos, uno de ellos fue, porque algunos gobernadores veían este hecho como algo negativo ya que significaba la adquisición de responsabilidad económica, política, laboral y administrativa sin ningún apoyo gubernamental. Después de la muerte del secretario de educación pública, el nuevo ocupante del cargo realizó algunas modificaciones en cuanto a su plan de trabajo y esto provocó que la oposición del sindicato se fortaleciera, ya que se buscó reestablecer la relación que se tenía entre la SEP y el SNTE.
Este movimiento descentralizador sufrió un largo proceso, hubo muchas personas que se opusieron, pero también quienes lo apoyaban, las circunstancias que se presentaron a lo largo de esta evolución en materia educativa tuvieron consecuencias que afectaron no solo al personal de la Secretaría de Educación Pública, también, a miembros del sindicato, quienes nunca quitaron el dedo del renglón y lograron que la descentralización quedara inconcluso, se realizó de manera desigual y, como consecuencia, ni los estados con mayor avance en este proceso lograron culminarlo, se estableció una relación estable entre SEP y el sindicato de manera que sus ideales y estructuras no se vieran comprometidas.
Desde ese momento, la importancia y poder que ha adquirido el SNTE es tanto, que todas las decisiones y cambios que puedan darse en cuanto a materia educativa tienen que ser consultadas con el sindicato, como lo es el caso de la firma del ANMEB. Mientras el SNTE generaba beneficios como la aprobación de la Ley General de Educación o la ampliación del calendario escolar, se establecía un monopolio del control educativo, ya que esta organización de maestros estaba excediendo su jurisdicción, no solo protegía los derechos de los maestros, también modificaba sus intereses laborales, profesionales y técnicos. Dicho sindicato es una de las autoridades más importantes de la educación en nuestro país y es uno de los principales actores que intervienen en las decisiones para mejorar la calidad educativa de nuestros estudiantes.


CONCLUSIONES.
Nuestro país ha sufrido una serie interminable de cambios en todo sentido, desde el ámbito político, económico y social, en este ensayo enfoqué mi atención principalmente en la educación, pero no está de más mencionar otro tipo de circunstancias. La importancia que tuvo la situación económica y política del país en aquel entonces, nos permite reconocer con mayor facilidad las problemáticas que se presentaron para lograr la evolución y el mejoramiento que se ha dado hasta la actualidad. México ha estado repleto de dificultades en todo sentido, pero, especialmente en educación, los avances han sido muy considerables y favorables, aunque hasta la fecha insuficientes.
La sociedad tiene la concepción de que el mejoramiento de la calidad de educación será suficiente para realizar un cambio muy considerable en la estructura política y social actual, también, que la economía mejorará y todas las problemáticas desaparecerán, aunque desgraciadamente no es así. Por muy grande que sea la voluntad de los maestros para mejorar la calidad de la educación, siempre habrá retrocesos o estancamientos que impedirán el progreso, sin embargo, no todo está perdido, si lo que buscamos como sociedad realmente es mejorar, tenemos que unirnos para elaborar soluciones efectivas e idóneas y no simplemente “dejar que alguien más se encargue”.
Es verdad que se ha hecho un gran avance en materia política, social y económica, aunque aún hay cavidad para realizar ajustes o modificar ciertos aspectos, principalmente en cuanto a educación, ya que hay necesidades que aún no se satisfacen e inconformidades que se tienen que disipar, pero trabajando en conjunto (maestros-alumnos-tutores) se puede lograr el objetivo principal de las escuelas: formar ciudadanos con conocimientos, habilidades, capacidades y valores que les servirán para el resto de sus vidas y, a su vez, ayudarán a conformar una ciudadanía interesada por alejarse de la ignorancia y la mediocridad.





REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
·         Aguilar Camín, Héctor y L. Meyer (1997), “El milagro mexicano, 1940-1968”, en A la sombra de la Revolución Mexicana, México, Cal y Arena/SEP (Biblioteca para la actualización del maestro), pp. 187-235.

·         Galván Escobedo, Efrén (1987), “El compromiso del maestro rural”, en Los maestros y la cultura nacional 1920-1952, t. III, México, SEP, pp. 41-50.

·         Meneses Morales, Ernesto (1986), “El debate nacional sobre el proyecto de Vasconcelos”, “La cruzada educativa de José Vasconcelos” y “La educación física”, en Tendencias educativas oficiales en México 1911-1934, México, CEE, pp. 294-301 y 311-320.

·         Ramírez, Rafael (1985), “Propósitos fundamentales que la educación rural mexicana debe perseguir”, “Cómo es y qué hace un maestro rural” y “El maestro rural”, en Engracia Loyo, La Casa del Pueblo y el maestro rural mexicano, México, SEP/El Caballito, pp. 31-36, 133-134 y 151-157.

·         Arnaut, Alberto (1998), “Los maestros en la Revolución (1910-1919)”, en Historia de una profesión. Los maestros de educación primaria en México, 1887-1994, México, CIDE/SEP (Biblioteca del normalista), pp. 35-56.

·         Aguilar Camín, Héctor y L. Meyer (1997), “El milagro mexicano, 1940-1968”, en A la sombra de la Revolución Mexicana, México, Cal y Arena/SEP (Biblioteca para la actualización del maestro), pp. 187-235.

·          


Comentarios

Entradas populares de este blog

EL IMPACTO DE LA SEP DURANTE LA ÉPOCA POSREVOLUCIONARIA

LA CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO EDUCADOR 1921-1939

"Impacto tras la creación de la SEP en la educación en México"