Tranformacion educativa en siglo XX


22 de enero de 2019
Yarely Martínez de la cruz
Matemáticas, tercer semestre

Introducción

A lo largo del presente trabajo se abordará como ha sido la transformación de la educación en nuestro país durante el siglo pasado. Como bien sabemos, el sistema educativo es un tema bastante controversial, debido a todos los factores con que se ha visto envuelto (sucesos, personajes políticos y reformas educativas) para llevar a cabo o dar como resultado el sistema que hoy presenciamos. Lo que conlleva a desglosarla mediante un orden cronológico, partiendo del papel que desempeñaron los docentes durante la revolución, seguido de la educación post-revolucionaria, posterior a ella la centralización educativa, así como también uno de los sucesos más importantes que sucedió durante 1948-1968, nos referimos al “milagro mexicano”, la centralización educativa y finalmente el sindicalismo mexicano.

Desarrollo

Uno de los principales protagonistas del sistema educativo en México a lo largo de todos estos años, es sin duda los profesores, así es como lo describe Arnaut, Alberto.
Una de las mayores dificultades para valorar la magnitud y el sentido de la participación del magisterio en la revolución es que se trata del grupo profesional más numeroso, con la más extensa distribución geográfica en el país y con una mayor heterogeneidad social, profesional y económica. (1998)
En un principio en el periodo de la pre-revolución, a diferencia de otras profesiones que participaban activamente para dar comienzo a este levantamiento del pueblo mexicano, los maestros primarios se mantenían alejados de este asunto, siguiendo así las obligaciones que debían efectuar al instruir la enseñanza elemental en sus estudiantes. Sin embargo, en la zona norte del país se podía percibir con mayor notoriedad un fuerte movimiento por éstos.
Por otra parte, durante el estallido de la revolución las cosas tomaron otro rumbo para los profesores, pues contrario al inicio, ahora se les podía ver participando con un mayor interés en los asuntos políticos del país, algunos ayudaban sirviendo como secretarios de los jefes revolucionarios, otros participaban aún más fungiendo éste último rol. Sin embargo, había otros quienes no estaban de acuerdo a este cambio estructural, formando parte así del grupo conservador elitista, o bien, siendo sólo un simple espectador. Pero las cosas no pintaban bien en algunas regiones del país, pues había una escasez económica (retrasos de pagos y despidos) en el trabajo docente, en consecuencia a ello  tuvieron que trasladarse a otros lugares en busca de una mejor remuneración económica generalmente inmigraban en el Distrito Federal, o bien, en zonas alejadas al movimiento que se presentaba.
Con el triunfo de la revolución, los maestros ambicionaron ciertos puestos altos en el sistema educativo, e inclusive incursionaron en el campo político. Deseaban trabajar en el nivel universitario y ser tratados mejor que éstos, y dado a sus constantes gestiones y al cambio del personal en el sistema político lograron sus propósitos, sin embargo, debido a este último factor, el gozo fue efímero.  
No obstante, y paralelo a la revolución mexicana, la educación durante el año de 1912, de acuerdo a una Ley Federal dictada el año anterior, es decir en el año 1911, comenzaron a aparecer las primeras escuelas destinadas al campo, a las cuales les denominaron “Escuelas Rudimentarias”, esto sucedió debido a la caída de Porfirio Diaz
Para que se constituyeran estas escuelas fue necesario que el congreso de esa época (1911) votara una ley de educación para todos los estados del país, además que sería obligatoria, entre ellas crear centros educativos en donde se enseñaran a leer y escribir el castellano y a ejecutar las operaciones fundamentales y usuales de matemáticas (aritmética), la instrucción rudimentaria se impartiría de acuerdo a dos cursos, así como también mencionaba que la asistencia a las escuelas rudimentarias no sería del todo obligatoria y se les proporcionaría a los analfabetos se interesaran y concurrieran a éstas, sin que hubiese una distinción de sexos ni mucho menos de edades.
Para que hubiese asistencia a las escuelas rudimentarias, se procuraría distribuir los alimentos y vestidos a los educandos que lo necesitaran, éstos últimos fueron los que llamaron principalmente la atención de los ciudadanos, provocando así resultados positivos, cabe mencionar que durante esta época las necesidades eran exorbitantes, la gente era muy humilde y con escasos recursos económicos, lo que conllevaba a que el centro de interés recayera fundamentalmente en las cosas que se les solventaba. Zapata fue quien publicó el Plan de Ayala, en el que precisaba la procuración de solucionar las necesidades de alimentación, vestido y vivienda a las escuelas rurales, fruto de lo anterior mencionaba.
De acuerdo al régimen revolucionario triunfante en 1912 empezó a crear las escuelas abriéndolas en toda la extensión del país, pero entendido desde el primer momento de que dichas escuelas serían de poca eficacia.
No obstante, de acuerdo con el régimen que triunfó durante la revolución (1912), empezaron a crear dichas escuelas. Hubo algunos que dudaban de su eficacia, entre ellos el subsecretario de educación, el ingeniero J. Pañi quien se encargó de sondear las opiniones públicas, entre ellas recibió un sinfín de cartas, todas respondiendo y sugiriendo propuestas para llevar a cabo una escuela con calidad, sobre todo de personas ilustres e investigadores, aunque tampoco se dejaba de lado al público en general. En dichas aportaciones de ideas y opiniones se sugirió la necesidad de integrar materias de geografía, historia, ciencias naturales, dibujo y trabajos manuales; otro mencionaba la necesidad de crear escuelas enfocadas al campo, tales como la agricultura e industrias regionales; también había quien señalaba que era necesario crear escuelas en donde se formaran los profesores destinados a zonas del campo, es decir Escuelas Normales Rurales.
Por otra parte, una vez que se hubo consumado la lucha revolucionaria la soberana convención revolucionaria del país presentó un programa de reformas sociales y políticas, el 18 de abril de 1916.
Cuestión agraria. Está desglosado en cinco artículos, entre los cuales destaca la destruir el latifundio y crear la propiedad para que el mexicano pueda trabajar de ella. Regresar la tierra y el agua a los pueblos en forma de ejidos. Darle impulso a la parte agrícola, formando bancos para proveer de fondos a los campesinos al trabajar la tierra, al mismo tiempo que establecer escuelas enfocadas con este mismo propósito. Como último punto menciona la expropiación de bienes raíces por parte del gobierno.
Cuestión obrera. Este programa va enfocada en los derechos que deben gozar la clase obrera, tales como establecer leyes que les protejan sobre accidentes y pensiones, así como también el horario de trabajo más humanizado; dar derecho de formar sindicatos entre trabajadores que vean sobre problemas referentes al trabajo; reconocer el derecho de protesta, como por ejemplo las huelgas y el sabotaje. Sin embargo, uno de los aspectos más importantes que se suprimió, fueron las tiendas de raya en todo el país.
Reformas sociales. Enfatiza la cuestión de proteger a los hijos y a las mujeres, este último víctimas del acoso por parte del género masculino, estableciendo leyes que castiguen al responsable. No obstante, menciona la libertad de las mujeres para divorciarse de su pareja.
Reformas administrativas. En un primer instante refleja las necesidades de la educación, expandir las escuelas rudimentarias, reconocer el papel del profesor, fundar escuelas normales, otorgar la libertad de autonomía a la universidad nacional. Como segundo plano, establece la participación de los impuestos en la canasta básica, impulsar el trabajo de los artesanos, obreros y empleados, la prohibición de los monopolios reformar a las sociedades anónimas, así como también las empresas mineras; hace mención de los ferrocarriles en cuanto a la supervisión de las tarifas y accidentes. Como tercer plano, los asuntos referentes al país, el derecho de expropiación de las tierras para un uso que resulte benéfico a la sociedad, las negociaciones con compañías extranjeras, revisión de los impuestos aduanales, los del timbre y demás tributos federales, liberar la carga de impuestos los productos de la canasta básica, así como también a los artesanos y comerciantes, sin embargo, aumentarlos en el tabaco y bebidas alcohólicas. Por último, registrar administrativa y estadísticamente los bienes pertenecientes al Estado.
Reformas políticas. Como punto de partida expresa la independencia de los municipios para hacerse cargo de los intereses que se susciten, aunque preservando la idea del gobierno federal. Incluir al parlamento como parte de del gobierno federal, eliminar el puesto de vicepresidencia y jefaturas políticas. Reorganizar las bases del poder judicial, así como también las responsabilidades de los funcionarios, proteger el voto de los ciudadanos, y por último castigar a los enemigos de la causa revolucionaria.
Artículos transitorios. En un primer plano nos menciona la designación de los gobernadores por las juntas locales de los estados deberá reflejar una visión revolucionaria y debe sujetarse al artículo 14 del Plan de Ayala.
En un segundo plano, remover a los gobernadores si han violado algún artículo del Plan de Ayala o hayan cometido un delito grave, como hacer caso omiso de los abusos de sus subordinados.
Como tercer plano, el derecho a tomar parte en las elecciones locales por nombramiento de gobernadores de jefe que hayan empezado a revolucionar antes de la caída de Victoriano Huerta.
El 20 de octubre de 1920, durante la presidencia de Álvaro Obregón, José Vasconcelos presenta una planeación para la creación de un programa “Secretaria de Educación Pública” con el fin de que se encargara de los asuntos pedagógicos en el país. “A los pocos días de la presentación del plan, se inició una campaña periodística sobre el proyecto de crear una Secretaría de Educación Pública. El Demócrata (junio 29 de 1920) optó por emprender una encuesta entre las personalidades más sobresalientes del medio educativo nacional” (Meneses Morales, 1986)
Hubo grandes personajes que dieron sus puntos de vista positivas, así como consideraciones que debían tomarse en cuenta. Sin embargo, también hubo quienes no estaban de acuerdo, criticando negativamente esta propuesta; variedad de periódicos publicaban sus posturas al igual que los anteriores individuos, pero la mayoría apuntaba a la creación de este programa.
Paralelo a ello se emprendió una campaña en el que su principal objetivo era combatir el analfabetismo, y al mismo tiempo fomentar el amor a la patria (nacionalismo).
 “La circular No. 1 señalaba las condiciones de la cruzada: crear un cuerpo de profesores honorarios de educación elemental, formado por personas de ambos sexos que hubieran cursado como mínimo el tercer año de la primaria. La Universidad abriría un registro en el cual se inscribirían todos los habitantes del país que reunieran las condiciones establecidas en el párrafo anterior, y que desearan dedicarse a la enseñanza de la lectura y escritura, de modo voluntario y gratuito. Al hacerse la inscripción respectiva, la Universidad otorgaría un diploma en favor del inscrito que lo acreditaría como profesor numerario de educación elemental”. (Meneses Morales, 1986)
 Para lograrlo tuvo que hacerse un llamado nuevamente a la sociedad invitando a quienes supieran leer y/o escribir, instruyeran a las personas cercanas a ellos, no sin antes recalcarles que a estas personas que enseñaran podrían tomar el título de profesores honorarios si lograban instruir a 100 personas, estos honorarios implicaban tener mayor probabilidad y ayuda en estudiar. No obstante, las personas “estudiantes” que asistieran a tomar clases le darían mayor preferencia a la hora de pedir trabajo.  Para una mayor promoción se estarían impartiendo las clases en tres turnos: mañana, tarde y noche; este último era dirigido principalmente para los obreros o padres de familia que trabajaban en el día, así pues, en las noches estarían aprendiendo a leer y escribir, además de cálculos relacionados a las matemáticas.
Al principio no hubo respuestas en su mayoría favorables puesto que parte de la sociedad sentía apatía y no le veían sentido a todo esto.
Mientras tanto en octubre la propuesta de José Vasconcelos llegó a oídos del gobernador de Guerrero, Francisco Figueroa, del director de la Escuela Libre de Derecho de Veracruz, del gobernador del estado de Veracruz, G. Garzón, y del gobernador del estado de Chihuahua, Ignacio Enríquez, quienes ofrecieron total apoyo a esta gran propuesta.
Si bien había diputados que se contraponían a este proyecto y enunciaban sus argumentos, fueron más en su mayoría quienes afirmaban la promulgación de la creación de la SEP. Finalmente el 3 de marzo de 1921 fue aprobado por unanimidad de votos.
Por otro lado salieron a la superficie complicaciones respecto a los temas de higiene, salud y alimento dentro del ámbito escolar. La salud era indispensable, por lo que se crearon centros de salud (ralos); el alimento fue otra cuestión igual de importante, puesto que gran parte de los mexicanos se encontraban sumergidos en la pobreza, condiciones realmente preocupantes por la misma miseria que se vivía en aquella época. Una de las propuestas a este factor, se agregó un nuevo proyecto “desayunos escolares”.

No obstante, con la creación de la SEP en el periodo posrevolucionario sobresalieron dos factores interesantes respecto a la educación, nos referimos al papel que desarrollaron los docentes.
Por una parte, nos encontramos con la cuestión relacionado a los recursos y materiales didácticos que en su mayoría escaseaban, el magisterio tenía una visión muy diferente al de realmente enseñar con sus letras mayúsculas, sólo se enseñaba lo básico como es leer, escribir y algunas operaciones, no muy diferente a las escuelas rudimentarias. Los casos que se presentaban en los docentes dejan mucho que decir, lo poco preparados que se encontraban, así como también el minúsculo interés en realmente enseñar era uno de los factores que promovieron la baja calidad de la escuela y por supuesto la vocación representó un elemento maleable. Este último fue uno de los aspectos que comúnmente los profesores carecían, normalmente se inclinaban a desempeñarse como docentes debido a que era la tradición familiar, sus parientes les insistieron y en el último instante, por la obtención de una beca. No obstante, el sueldo era humillante, esto representó una de las causas de que los profesores tuvieran que renunciar, además con la brecha que dividía las clases de la normal (teoría) con la práctica. Frecuentemente los normalistas salían decepcionados en este aspecto cuestionándose si en realidad podrían hacerse cargo de la función docente como se presenta el siguiente testimonio “La maestra María Luisa Campos cuenta que los profesores salían con muchas ilusiones de la normal, pero al encontrarse con la realidad, se desilusionaban. Ella, al ver que pasaban los años y no le aumentaban su sueldo, se retiró finalmente del magisterio.” (Galván, 1985).
En un segundo plano se pone en énfasis el rol que representaron los docentes en el ámbito rural. “Los maestros trabajaron bajo los árboles; una mesa, varias vigas y un pizarrón colocado sobre un atril improvisado era todo el mobiliario. Se perciben grandes cambios; se acaban los horarios rígidos. La escuela es toda la aldea. El material didáctico está en la naturaleza” (Galván Escobedo, 1987)
Como ya se señaló, el proyecto puesto en marcha por Vasconcelos si bien se presentó con mayor auge en las zonas urbanas, en las zonas rurales seguían careciendo de infraestructura puesto que los materiales que contaban se limitaban a un mobiliario hostil y que en ocasiones ni con eso se contaba. No obstante, el programa educacional “socialista” tuvo otro peso en las escuelas, puesto que los profesores no estaban preparados pedagógicamente para enseñar las nuevas posturas filosóficas en donde se asume un carácter dogmático y, paralelo a ello, la presencia de los campesinos que no aceptaban la introducción de este programa, en el que se encontraban en un constante conflicto con los que estaban de acuerdo a la integración del mismo.
Debido a estas condiciones en que vivían las zonas rurales en aquella época de 1942, se dio inicio a las Misiones Culturales Rurales. “Instituciones dedicadas especialmente a la capacitación de jóvenes y de adultos y a la preparación de un clima técnico-cultural con un valor propio por los hábitos, enseñanzas y destrezas que formen y propaguen las escuelas de tipo formal” (Santiago Sierra, 1973).
Estas misiones tenían como propósito principalmente en ayudar a los niños y adultos que habitaban en zonas urbanas-marginadas y en poblados rurales, en su mayoría campesinos que estaban muy alejados de la civilización, pues lejos de conocer sobre higiene y cultura, sólo se enfocaban en la agricultura o lo que predominase en aquellos lugares.
Sin embargo, a gran cantidad de los maestros que trabajaban en aquellas zonas, no eran bien recibidos, tal como menciona (Raby L., 1968)
“Para los radicales y los educadores en general se trata de una hagiología de los mártires de la educación rural, mientras los conservadores ven a los maestros agredidos únicamente como "buscapleitos", "ateos", "protestantes" o "comunistas". Asimismo cuestiones religiosas dieron lugar a varios ataques contra maestros. Ya en los años de 1926 a 1929 los "cristeros" habían quemado escuelas, asaltado a maestros y tratado de boicotear las escuelas amparados en motivos por lo menos en apariencia religiosos. Más frecuentemente la población obedecía a instrucciones del clero o a amenazas de los grupos armados”
Con respecto a lo citado, conlleva a deducir que a pesar de las pésimas condiciones en que se encontraban estos profesores, también debían soportar las confrontaciones que surgían con respecto a su labor, como bien lo dice Raby, era un problema entre conservadores y radicales, por una parte los rechazaban por temor a que en su mayoría campesinos pudiesen rebelarse ante ellos, y por otra parte los radicales, quienes tenían fe que estos docentes fuesen quienes enseñaran de marxismo a los estudiantes. Hubo profesores quienes señalaban que, si no estaban de acuerdo con su labor, fácil y sencillamente se lo dijeran y ellos buscarían otro lugar, pero no sin antes verificar los avances que se iban logrando.
Entre 1921 y 1940 los estados de la república cedieron al gobierno federal parte o la totalidad de sus sistemas educativos. A este proceso se le denominó “federalización”, pero en realidad tenía un sentido centralizador. En un inicio la sindicalización del magisterio fue un proceso centralizador, durante este tiempo el concepto “sindicalizar” señalaba subordinar de una manera centralizada.
Sin embargo, también se relacionaba a integrar a una misma organización a los trabajadores que no habían pertenecido a ninguna agrupación “pre-sindical.” Tal como lo menciona (Arnaut, 1998)

El sindicalismo no sólo integró en una misma organización a los agrupamientos preexistentes, sino también desplazó, redefinió o sometió los resortes, actitudes, objetivos y agrupamientos pre-sindicales a una dinámica sindical muy distinta a los anteriores. El sindicato no sólo interviene para la defensa del salario, el empleo y el respeto a las condiciones de trabajo de sus miembros, sino también ha llegado a controlar las condiciones mismas de trabajo del magisterio y su carrera profesional, administrativa y política, e incluso la permanencia en sus puestos del personal de confianza (no sindicalizado) de la Secretaría de Educación.
El milagro mexicano comprendido entre 1940 a 1970 es una de las etapas más singulares e importantes en la economía de nuestro país. En los años posteriores al gobierno de Lázaro Cárdenas se vivió una recuperación económica como pocas en las economías mundiales, tanto que llenó de esperanza a los habitantes de México por sus prometedores resultados.
A partir de 1940 México inicio una etapa llamada el milagro mexicano, esta etapa se caracterizó por ser de un crecimiento sostenido y fue el cambio hacia la formación de una nación moderna e industrializada. (Aguilar Camín, 1997)

Las filas del proletariado, la burguesía y la clase media crecieron y se expandieron las ciudades, su ambiente natural. Los incipientes burgueses mexicanos —industriales, comerciantes y banqueros—, afianzaron su primacía y con el tiempo volvieron a dar cabida al socio extranjero; tanto, que ya en los años sesenta empezó a ser manifiesta, como en el Porfirito, la dependencia industrial mexicana del capital y la tecnología extranjeras, en particular las de origen norteamericano. Desatada la industrialización en parte como reacción al eco popular del cardenismo que termino dividiendo a la familia revolucionaria, los gobiernos dudaron sobre el papel del Estado y el grado deseable de su intervención directa en el proceso productivo.
Esto sucedió porque México se unió a las potencias durante la segunda Guerra Mundial, y dio como resultado un incremento y crecimiento económico. Estados Unidos, uno de los países que siempre se ha mantenido como potencia mundial, fue quien directa e indirectamente ayudó a nuestra nación a dar un vuelco exponencial, puesto que las materias primas crecieron en un grado enorme, además que durante este tiempo se exportó materia necesaria para la segunda guerra mundial, y que por supuesto, México tenía.
Sin embargo, una vez terminado la guerra, el ritmo del crecimiento disminuyó, pero en la década de los años cincuenta el ritmo volvió a acelerarse y en esta ocasión se exportaba textiles, productos químicos, alimentos, entre otros. Aunque, por otro lado (Aguilar Camín, 1997) “una consecuencia de ese proceso fue la devaluación de 1948 en que la paridad del peso respecto al dólar se dejó flotar y paso de 5.85 por uno a 6.80 y a 8.64 por uno al año siguiente.
No obstante, ocurrió un suceso positivo, a lo que Aguilar señala como “La buena nueva petrolera.” Con este descubrimiento se presentó un panorama nuevo y con vista favorecedor en 1977, convirtiéndose en unos de los planes más ambiciosos de planes de desarrollo industrial y agrícola.
Con la creación del Sindicato de Trabajadores de la educación (SNTE), las organizaciones no estaban oficialmente reconocidos, pero que en el caso de los profesores, la cuestión tomaba otro rumbo, pues si bien al gobierno no le apetecía la creación de estos organismos, la verdad es que los profesores ocuparon un papel bastante importante durante la revolución mexicana, ya que como sabemos, los maestros son empleados que trabajan en todas las regiones del país, por consecuente podemos decir que son una vasta cantidad regados por doquier. En un principio existían varias organizaciones de profesores, a pesar de que el gobierno de Cárdenas del Rio haya querido unificarlo en un solo, simplemente fue imposible. Con la llegada de salinas de Gortari es cuando surge la creación de la SEP, que si bien reprimió a un grupo de trabajadores que apoyaba al candidato opositor, para los docentes, dirigidos en esa época por Jonguitud, no dieron marcha atrás, es así como en el 15 congreso nacional presentan sus peticiones, sin embargo les son negadas mientras tanto se realizaban marchas y mitin, para el gobierno de Salinas representaba un gran problema, es por ello que remueve al secretario general del SNTE y paralelo a ello, también a Jonguitud, en su lugar nombra a Elba Esther Gordillo, quien era una exprotegida del antiguo líder sindical, con esta estrategia Salinas cree que con esta nueva líder las cosas cambiarían a su favor. Sin embargo, la respuesta de Gordillo es otra, ya que sabiendo mover sus influencias logra dar un giro de 180° en cuanto a la imagen del SNTE, acudiendo así a un investigador del Instituto Politécnico Nacional, Olac Fuentes para liderar una fundación creada por la misma organización, las cosas resultan positivas.
Es así como a raíz de la creación del SENTE comienza una serie de acuerdos, proyectos, modelos educativos, que propiamente no fueron propiamente puestas en marcha dentro de los centros educativos. Por una parte está el compromiso del gobierno en integrar y/o reestructurar planes y programas para la educación básica, pero también se hace hincapie en la infraestructura, así como tambien de los materiales didácticos; por otra parte, fuera del país, al nivel internacional se estaba haciendo un mayor énfasis en una educación que tuviera las puertas abiertas a nuevos integrantes y que fuese más universal. No obstante, a raíz de lo ocurrido se creó la  Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB) (SEP, 1992), en el cual propone cuatro medidas: reorganizar el sistema educativo redefiniendo las atribuciones y responsabilidades de los tres niveles de gobierno y transfiriendo a los estados los activos, los recursos financieros y la responsabilidad de operar la educación básica y la normal; impulsar la participación social en la escuela como principio insustituible de revitalización; reformar los contenidos y materiales didácticos (precisando nuevos énfasis en la lectoescritura, las matemáticas, la historia y el civismo); y revalorar la función magisterial, para lo cual se promete el salario profesional y un programa de vivienda, se concreta la carrera magisterial, se anuncia la reforma de la formación inicial y del sistema de actualización de los profesores.
Sin embargo, existían preocupaciones en torno al magisterio tales como la lentitud en la reforma de la formación inicial del profesorado, por ser asunto decisivo para la calidad futura de la educación; preocupa también la lentitud con que se procede para organizar y hacer funcionar el sistema de actualización permanente del profesorado; y finalmente algunas desviaciones de la Carrera Magisterial, la cual, aunque incorpora ya 80% de los docente: en ejercicio (58000), parece ir diluyendo su capacidad para estimular la superación profesional efectiva del maestro, y estar se convirtiendo en instrumento para incrementar de manen casi automática los ingresos del magisterio. Años más tarde, con el cambio de presidente, Gordillo llegó a un acuerdo con el candidato panista, dándoles su apoyo en las elecciones y cuidando que no haya fraudes electorales siempre y cuando también le mostrara su apoyo una vez que se sentara en la silla presidencial. Obviamente el agradecimiento fue puesto en evidencia cuando se hicieron unos ligeros cambios a favor del sindicato, y su agradecimiento no terminó ahí, sino que continuó en el sexenio de Fox Quezada.

Conclusión

A lo largo de todo el ensayo es posible deducir que la educación se ha visto involucrada en un sinfín de situaciones que, si bien han sido desfavorables en algunos casos, han dejado sin duda huellas para dar el sistema que hoy presenciamos. No ha sido fácil enfrentar dichas situaciones, puesto que se ha necesitado de mucho ingenio para saber aceptarlas y a su vez responder con una propuesta mucho mejor. Padres de familia, docentes, intelectuales, ciudadanía y hasta políticos son actores que repercutieron en gran medida en la toma de decisiones en cuanto a las escuelas rudimentarias, misiones culturales, la creación de la SEP y por supuesto, el sindicato de profesores SNTE.

Bibliografía


Aguilar Camín, H. y. (1997). El milagro mexicano, 1940-1968. En A la sombra de la Revolución Mexicana (págs. 187-235). México: SEP.
Arnaut, A. (1998). “El SNTE: de la federalización centralizadora a la federalización descentralizadora (1943-1998). Instituto Mexicano de Investigaciones Educativas, 47-53.
Galván Escobedo, E. (1987). El compromiso del maestro rural. México: t. III SEP.
Galván, L. E. (1985). Vivencias de algunos maestros en el periodo postrevolucionario. México: CIESAS .
Meneses Morales, E. (1986). El debate nacional sobre el proyecto de Vasconcelos. México: CEE.
Peña, F. C., Montaño, G., Carrión, J., & Monteverde, A. A. (1970). El milagro mexicano. Recuperado el 22 de 1 de 2019, de http://ru.iiec.unam.mx/2316
Raby L., D. (1968). Los maestros rurales y los conflictos sociales en México, 1931-1940. En Historia Mexicana, núm. 70 (págs. 190-226). México: El colegio de México.
Santiago Sierra, A. (1973). Bases para la organización y conducción del trabajo de las Misiones Culturales Rurales en 1942. México: SEP (Sepsetentas).



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