Ensayo Final
La transformación
educativa en el siglo XX
Introducción.
A continuación presento un escrito sobre
los cambios que han ocurrido en México en materia de educación. El punto de
partida de este pequeño viaje será el Porfiriato, es una parada muy pequeña
para ponernos en contexto y comprender mejor las causas que desencadenaron la
Revolución Mexicana, como la desigualdad entre ricos y pobres sobre todo en
materia de educación. Esta fue una época
muy difícil para los campesinos pues fueron olvidados por el gobierno federal,
lo que provoco pésimas condiciones de vida para ellos.
Durante el recorrido que haremos por la
época revolucionaria conoceremos la manera en que los docentes participaron en
este movimiento y las consecuencias que esto les trajo. Además nos centraremos
un poco en la capital del país y en el enfrentamiento que se daba entre los
normalistas y los universitarios en esa época. Después de revisar esta época veremos las
consecuencias de la Revolución en cuanto a educación. En la época posrevolucionaria,
revisaremos las medidas que se tomaron para mejorar la situación de la gente
del campo y si estas medidas sirvieron o no, además de ver su afectación en la
educación.
Poco a poco llegaremos a la
centralización educativa. Esta idea que proponía dejar a una sola institución a
cargo de la educación en el país. En este punto conoceremos a unos de
personajes más comprometidos con la educación en el país, José Vasconcelos,
hablaremos un poco de lo que hizo y sus ideas. Para continuar ampliaremos el
panorama al hablar sobre el milagro mexicano, pues no solo la educación sufría
cambios, sino todo el país lo hacía, veremos muy por encima la época en que
nuestro país era un foco de atención mundial por su modelo de desarrollo.
Las últimas paradas serán en la descentralización
educativa y el sindicalismo en México, ambos temas muy importantes pues son
parte de la educación actual en el país. Es un viaje largo, así que ¿Por qué no
comenzamos?
Desarrollo
Reflexionando un poco, la educación en
la época Porfirista (y a lo largo de la historia) podría verse como una moneda
con dos caras completamente diferentes. Por un lado estaban aquellos niños que
tenían la suerte de nacer en una familia económicamente próspera y que vivían
en la capital del país, quienes tenían acceso a una buena educación que concluía
al terminar la universidad. Por otro lado, estaban los campesinos, quienes solo
se dedicaban al campo y no pensaban en llegar más lejos, los niños sabían que
su futuro se reflejaba en el oficio de sus padres, por lo que desde pequeños
comenzaban a aprender sobre las labores de siembra y cosecha.
No podemos decir que no había escuelas
en el campo, pues existían las escuelas rudimentarias, donde se enseñaba a los
campesinos a leer, escribir y operaciones fundamentales, pero estas se encontraban
en un estado deplorable, además dado que la asistencia a tales instituciones no
era obligatoria los campesinos preferían no mandar a los niños a la escuela ya
que sabían que eso significaba menos mano de obra en el campo y por lo tanto menores
ganancias.
Así era la vida de la gente del campo,
teniendo que decidir entre comer o ir a la escuela, “antes de la Revolución nadie
creía que hubiese habido necesidad de mejorar la economía de la población rural
y de educar a los indios y a los mestizos que vivían en el campo” (Rafael, 1986). Con semejante
distinción entre ricos y pobres, solo era cuestión de tiempo para que los
desamparados pidieran justicia.
La educación en la revolución
La Revolución Mexicana marcó un punto
clave en la historia de nuestro país, pues debido a las pésimas condiciones
laborales y el maltrato por parte de los hacendados, los siempre menospreciados
campesinos se levantaron en armas para pedir justicia e igualdad. Así, la
república mexicana se convirtió en el escenario de múltiples batallas que no
solo dejaban a su paso muerte y sacrificios, sino esperanza para los campesinos
y pérdida de poder para la “clase alta”. En tales condiciones, no es de
extrañar que la educación no perfilara como prioridad para los mexicanos, pues
en ese momento lo más importante era conseguir verdadera libertad para el
pueblo.
En el ámbito educativo, los principales
afectados fueron los maestros, pues debido a la situación del país muchos de
ellos dejaron de recibir sus sueldos e incluso fueron despedidos, todo esto a
pesar de que algunos participaron como consejeros políticos y jefes militares.
Por supuesto hubo un descontento total por parte del gremio de maestros y tales
injusticias los llevaron a realizar una huelga en 1919, en la cual reclamaban
el sueldo que se les debía y la devolución de sus puestos de trabajo.
A pesar de la mala situación en que se
encontraban los profesores, estos apoyaban la causa revolucionaria pues se
sentían identificados con los ideales que este movimiento perseguía.
Por otro lado, en la capital del país se
dieron conflictos entre maestros normalistas y universitarios, pues los
primeros pensaban que la profesión docente solo debía reservarse a los
egresados de una escuela normal y que en esta profesión no había cabida para
individuos con otra profesión, “Los normalistas querían desplazar a los
médicos, a los abogados y a los ingenieros de los órganos colegiados, de las oficinas
de instrucción pública y de las cátedras de las escuelas normales, pues
consideraban que esas posiciones eran suyas”. (Alberto, 1998)
Además los profesionales que se
preparaban en la universidad tenían más libertad que los normalistas, ya que
estos tenían que trabajar para el estado, así se garantizaba la instrucción
primaria. Lo que más se disputaban estos gremios eran los puestos directivos,
los planes y programas de estudio, los libros de texto y los métodos de
enseñanza.
Aun así cada uno de estas instituciones
formaba parte fundamental de la educación en la época revolucionaria, ambas
tenían la misma finalidad que era la integración nacional y la formación
profesional, pero distinto modo de llegar a ella. La normal debía difundir los
valores cívicos, la historia patria y la lengua nacional, es decir la educación
básica de los mexicanos. Mientras que la universidad debía forjar el alma
nacional mediante la investigación y la reflexión sobre la realidad el país. En
resumen ambos profesionales de la educación tenían la tarea de ayudar a los
mexicanos a aceptar los cambios que se estaban presentando.
La educación postrevolucionaria
En 1917 el movimiento armado terminó con
la promulgación de una nueva constitución mexicana. En dicho documento la
educación se volvían una prioridad para el gobierno, y en su artículo 3ro de
promulgaba una educación, laica y gratuita. Sin embargo, las condiciones no
eran óptimas para tal cambio, por lo que se tomaron medidas para asegurar que
se cumpliera con lo establecido en la nueva carta magna. En primer lugar, los
campesinos recibieron tierras propias para trabajar y mantener a sus familias,
con ello los niños eran libres de ir a la escuela.
Además se pretendía que la educación
llegara a toda la república, por lo que se comenzaron a construir y establecer
las escuelas populares, dichas instituciones tomaba como punto de partida una
encuesta realizada en 1918, donde a través de la opinión pública se conocía lo
que resultaba necesario en una escuela.
Fue así como los niños y jóvenes del
campo ya no solo aprendían a leer, escribir y operaciones fundamentales, sino
también otras ciencias como historia, geografía, ciencias naturales, prácticas
agrícolas, artes, entre otras. Otro punto importante es que para asegurar la
asistencia de los niños, el gobierno opto por dar de comer a los alumnos,
además de ropa y libros para que los alumnos aprendieran.
Gracias a los cambios en cuanto a
educación rural, no solo los niños y jóvenes podían asistir a clases, la
escuela estaba abierta a los adultos que quisieran aprender. La educación popular se preocuparía
por los campesinos y contemplaría el desarrollo de toda comunidad para lograr
un cambio social. Gracias a los cambios
que se estaban dando, los campesinos se hicieron de esperanzas, sabían que
podían llegar más lejos y que la educación era prioridad para lograrlo.
A pesar de que los cambios en el ámbito
rural eran positivos, no todos lo aceptaban de manera inmediata, sobre todo los
clérigos, pues el nuevo gobierno había implementado la educación laica, ya que
el gobierno federal buscaba mejorar su sistema de educación pública, dándoles
libertad de creencia a los alumnos que asistieran a las escuelas federales, por
lo que la iglesia perdió poder entre los campesinos.
Aun así, hubo varios casos en que la
gente del campo recibía a los docentes de mala gana, los agredían y los
insultaban pues no confiaban en ellos ya que pensaban que la educación y las
escuelas eran malas, esa manera de pensar fue sembrada en su mayoría por los
sacerdotes que no querían perder su poder en la política, pues para ellos los
maestros rurales eran agitadores sociales, y también porque constituían un
factor importante en la política local.
Para evitar los enfrentamientos entre la
escuela y la iglesia, el artículo 3ro de la constitución fue reformado, dejando
en claro que:
La
enseñanza es libre; pero será laica la que se de en los establecimientos
federales de educación, lo mismo que la enseñanza primaria, elemental y
superior, que se imparta en los establecimientos particulares. Ninguna
corporación religiosa, ni ministro de algún culto, podrán establecer o dirigir
escuelas de instrucción primaria. Las escuelas primarias particulares solo
podrán establecerse sujetándose a la vigilancia oficial. En los
establecimientos oficiales se impartirá gratuitamente la enseñanza primaria. (Artículo 3ro, 1917)
Con la llegada de las escuelas laicas se
crearon dos tipos de escuelas: la pública y la privada. La primera era laica,
gratuita y obligatoria y la segunda podía enseñar de acuerdo a sus necesidades
o creencias.
Otro punto importante durante este
periodo fue la decisión del entonces presidente Carranza de dejar a los
ayuntamientos de los estados y municipios a cargo de las escuelas elementales. Esta
organización educativa descentralizada, les permitía a los gobiernos de cada
estado decidir sobre las materias, calendarios, programas de estudio, etc. Es
decir, los principios pedagógicos quedarían a cargo de las autoridades
municipales.
Sin embargo, y muy a pesar de Carranza,
las autoridades estatales y municipales no estaban preparadas para una
responsabilidad tan grande y poco tiempo después, se demostró que los
ayuntamientos no estaban capacitados para atender las necesidades de las
escuelas, lo que provoco paros y huelgas laborales.
Carranza busco modificar nuevamente el
artículo 3ro constitucional, con la idea de que las escuelas privadas salvarían
al país, pero al ver al presidente obsesionado con la idea de la plena libertad
de enseñanza se proclamó el Plan de Agua Prieta para derrocar a Carranza e
impedir que se les hiciera más daños a las escuelas públicas.
La centralización educativa
Al terminar el gobierno de Carranza, el
poder quedo bajo la responsabilidad de Álvaro Obregón quien a pesar de
reconocer la importancia de la educación para el desarrollo del país, no tenía
idea de cómo manejar la situación, por lo que dejo a Vasconcelos a cargo de la
dirección educativa durante su gobierno. A pesar de que ambos personajes no
tenían muy claro cómo manejar la situación educativa “Obregón y Vasconcelos,
sin embargo, tenían claro que había que difundir la educación y la cultura desde
el centro” (Arnaut, 1998)
Para lograr su cometido, se necesitaban
de algunos cambios, uno de los más importantes de la creación de una Secretaría
de Educación Pública. Una institución que tendría la facultad y la
responsabilidad de manejar la educación de toda la república mexicana. A pesar
de que contaba con el apoyo del presidente Obregón, no todos veían la necesidad
de esta secretaría, por lo que la aprobación llevo varias sesiones en el
congreso y las cámaras, hasta que el 3 de octubre de 1921, el Congreso de la
Unión dispuso la creación de la Secretaría de Educación Pública (SEP) que tomó
bajo su control y supervisión la educación de todo el país en sus diferentes
niveles y modalidades.
Al tiempo que se luchaba por la creación
de la SEP, Vasconcelos también proponía una campaña contra el analfabetismo la
cual, a diferencia dela propuesta anterior, tuvo mucho apoyo principalmente por
parte de los docentes. En esta cruzada Vasconcelos invitaba a la ciudadanía a
formar parte de la educación y convertirse en profesores honorarios.
La función de dichos profesores sería la
de llevar la educación a quienes lo necesitaran y no pudieran acceder a ella:
Serían obligaciones de éste dar por lo menos una clase
seminario de lectura y escritura a dos o más personas, ya en su propio
domicilio ya en cualquier otro local donde fuere posible. De preferencia, esas
clases se darían los domingos y días festivos por la mañana. Los profesores
honorarios comenzarían sus clases hablando sobre el aseo y dando consejos
elementales, sobre la higiene, la respiración, el alimento, el vestido, el
ejercicio, etcétera. (Meneses Morales, 1986)
Para formar parte de este grupo, era
necesario haber cursado como mínimo hasta tercer grado de primaria y tener la
voluntad de dar clases de modo gratuito.
La universidad otorgaba diplomas a quienes se convirtieran en maestros
honorarios. Algo curioso dentro de esta propuesta, es que los niños que
hubieran concluido la primaria, podían ser maestros de sus compañeros más
pequeños.
Era obvia la preocupación de Vasconcelos
hacia todo lo que tenía que ver con la educación, sobretodo el bienestar de los
niños. Además de todo lo ya dicho, implemento un programa de desayunos
escolares, pues estaba consciente de que no todos los alumnos tenían acceso a
un buen desayuno y eso afectaba su aprendizaje.
Esta fue una de las propuestas que tuvo
varios factores en contra, pues las cámaras no estaba dispuestas a pagar por
todos los desayunos, por lo que se tuvo que recurrir a la caridad de la gente,
además algunos niños mostraban actitudes negativas hacia sus compañeros, pues
les quitaban su comida o se avergonzaban de recibirla. Para todas estas
complicaciones se buscaros soluciones viables, como que los niños se ganaran el
alimento al limpiar su salón.
El mayor logro de Vasconcelos fue la
federalización/centralización de la educación, es decir que una sola
institución, en este caso la SEP, sería la encargada de controlar todo lo
relacionado con educación y tendría las riendas. Para Vasconcelos:
La Secretaría de Educación tenía como principal propósito:
salvar a los niños, educar a los jóvenes, redimir a los indios, ilustrar a
todos y difundir una cultura, ya no de una casta, sino de todos los hombres. Lo
cual no podría hacerse sin la construcción de "un organismo flexible,
ilustrado y poderoso, que haga sentir su acción por doquiera". (Arnaut, 1998)
Esta idea llevo a varios debates tanto
en las cámaras y congresos, como en las escuelas y estados. Por ello la idea de
Vasconcelos se puso en marcha, pero no al cien por ciento, pues aun había
dudas. “Así, entre 1921 y 1940 los estados de la república cedieron al gobierno
federal parte o la totalidad de sus sistemas educativos” (Barba, 2008).
Así se dieron las cosas hasta que el presidente Lázaro Cárdenas retomo la idea
de la centralización. “El gobierno del presidente Lázaro Cárdenas consideró
seriamente la posibilidad de una centralización absoluta, al menos de la
educación primaria, y en esa empresa consideraba indispensable la formación de
una organización nacional de maestros.” (Arnaut,
, 1998)
A partir de la idea
centralizadora de Lazaro Cardenas, se creó el Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación (SNTE), un gremio magisterial que seria la
institucion encargada de defender los derecho se los maestros que pertenecieran
a este. Con este sindicato no se logró la centralizacion absoluta, pero si se
logro una centralización sindical. Todos los docentes del país debian
pertenecer a este gremio y al formar parte de el, tenian asegurada la
proteccion de sus derechos.
El milagro mexicano
Durante todos estos cambios, es decir,
entre 1940 y 1968, no solo cambio la situación educativa, sino también la
situación económica del país. Los
cambios sociales y económicos posteriores a 1940 favorecieron la acumulación
acelerada de capital y la concentración de recursos materiales en unos cuantos
grupos de empresarios privados. Sobre
todo después de la segunda guerra mundial cuando esta dio un vuelco, pues el
país se encontró como aliado del país que hasta hace poco parecía la principal
amenaza a su existencia. En la década de los sesenta los expertos presentaban
al modelo mexicano como un ejemplo a seguir por otros países en desarrollo. La
nación mexicana era foco de atención, casi un país de primer mundo.
El país participó activamente, en la
formación de la Organización de las Naciones Unidas y en la estructuración del
sistema interamericano, lo que llevo a que en 1941, México y Estados Unidos
firmaron un acuerdo para que los aviones de guerra de cada uno de ellos
pudieran utilizar los aeropuertos del otro. Además México reestableció
relaciones con dos grandes potencias: Gran Bretaña y la Unión Soviética y se
convirtió en miembro activo del pacto de las Naciones Unidas.
Lamentablemente el gusto por ser el
centro de atención duro muy poco, pues la agricultura comenzó a mostrar
síntomas de agotamiento, bajó su ritmo y dejó de satisfacer la demanda de
alimentos interna y externa. Durante el gobierno del presidente Luis Echeverría
emergieron dudas sobre la viabilidad del modelo de desarrollo mexicano y se exigieron
cambios para propiciar una sociedad más justa y un sistema económico más
eficiente.
Sin embargo, ni las más favorables
condiciones del mercado podían resolver el problema del país. Así fue hasta el
gobierno de Adolfo López Mateos quien entablo relaciones políticas y económicas
con las naciones que acababan de surgir a la vida independiente.
La descentralización educativa
Volviendo al tema educativo, debido a
que la centralización educativa no estaba dando los resultados esperados, entre
las décadas de los 80s y 90s se reconsidera la idea de la descentralización,
debido a que la centralización generaba una enorme carga de trabajo para la
institución federal y los estados exigían autonomía. Así, en 1992 bajo el mando
presidencial de Carlos Salinas de Gortari:
Se
firmó el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB),
mediante el cual el gobierno federal, a través de la SEP, transfirió a los
gobiernos de los estados los servicios de educación básica y los de formación
inicial y en servicio de los docentes. (Barba, 2008)
Este acuerdo fue el primer paso para la descentralización
educativa, pues este acuerdo dio pie a que se creara la Ley General de
Educación. La federalización de los servicios educativos, significo que el
gobierno otorgaba a los 31 estados la responsabilidad, las facultades y los
recursos para operar los servicios educativos.
Como todo lo que se hace en materia
educativa (o por lo menos eso dicen), el proceso de descentralización tenía
como finalidad mejorar el servicio educativo formando personas mejor calificadas
para competir en la nueva economía. Esta reforma fue legítima al promulgar las
reformas en el artículo 3ro de la LGE.
Los resultados de esta decisión han sido
favorables, pues ahora están cubiertos los niveles desde preescolar hasta
secundaria y hay mayor demanda en los niveles medios superior y superior, lo
que ocasiona un desarrollo en lo que a cobertura y asistencia se refiere.
Mientras que los aspectos administrativos no muestran grandes cambios ya que
tardan un poco más en notarse.
El éxito de la descentralización, llevo
a que los gobiernos de Ernesto Zedillo y Vicente Fox continuaran con el acuerdo
sin hacer reformas. Este acuerdo hizo historia porque, además de resultar bien,
fue firmado por el gobierno federal, el gobierno estatal y el SNTE.
El sindicalismo mexicano
Por último, pero no menos importante, el
sindicalismo en México. Como ya enunciamos antes, la centralización propuesta
por Lázaro Cárdenas no fue exitosa, pero dejo para los maestros la creación de
un sindicato, el SNTE. Dicha institución tiene como misión principal velar por
el respeto a los derechos de los docentes y trabaja en conjunto con la SEP en
pro de la educación.
Cuando se creó el ANMEB, el sindicato
tuvo que ser consultado, pues dicho acuerdo no podía ir en contra de los
intereses de los profesores, debían tomar en cuenta al gremio, así las
autoridades se dieron cuenta de que el sindicato no debía marginarse. El que el
SNTE fuera tomado en cuanta para tal acurdo, fue en parte gracias a la, en ese
entonces, nueva dirigente sindical Elba Esther Gordillo, quien mostraba una
actitud de compromiso y apoyo hacia las reformas educativas que tuvieran como
finalidad mejorar la calidad de la educación.
Pero como lo bueno dura poco lentamente
el SNTE se transformó pues “los líderes
magisteriales nacionales a principios de los años noventa se agotaron
rápidamente y el sindicato orientó su trabajo a ampliar sus posiciones
administrativas y políticas.” (Barba, 2008)
El hecho de ser un gremio tan grande
permitió que se viera al SNTE como un foco político, un movedor de masas. De ahí que los altos mandos sindicales usaran
el poder que se otorgaba al sindicato para hacer un intercambio de intereses,
pues los políticos que cubrieran mejor las “necesidades” de los lideres serían
quienes recibirían todo el apoyo de los agremiados. Por supuesto quienes
formaban parte del sindicato recibían promesas y por eso apoyaban la política.
A pesar de que la unidad del sindicato
fue un factor importante para la protección de los profesores de abusos y
garantizaba un salario digno, el propio sindicato fue excediendo los límites tomo
el control de la profesión docente hasta llegar a ser ”mediador” insustituible
ante el gobierno y autoridades parecidas de la república.
Las consecuencias ante tal actitud por
parte del SNTE fueron principalmente 2: primero la limitación del poder
educativo del estado, pues a pesar de tener autoridad sobre la educación, las
autoridades no podían hacer nada si el SNTE no estaba de acuerdo.
La segunda consecuencia fue el control
sobre el futuro de la profesión magisterial, es decir, los líderes del SNTE
podían decidir sobre la carrera de los docentes pertenecientes al gremio, lo
que se convertía en una desventaja para quienes no tenían “palancas” dentro del
mismo sindicato.
Esta actitud también ha afectado la
relación del sindicato con la SEP, pues hay una lucha constante de poder ya que
ambas son instituciones importantes para la educación de México. La realidad es
que la máxima autoridad educativa es la SEP, pero a pesar de eso el sindicato
se ha mostrado como una institución a la que tomar en cuenta y que es capaz de
obstaculizar el trabajo de las demás autoridades si van en contra de sus
intereses.
La relación entre las autoridades
educativas y la organización sindical ha sido de constante confrontación, sobre
todo al negociar salarios y poder político. Lo peor del caso es que si ambas
autoridades no establecen acuerdos que
permitan asegurar la calidad educativa y la atención a los problemas México no
podrá avanzar.
Hasta día de hoy el SNTE posee un gran
poder político, pues aprovecha hasta la más mínima grieta política para
extender su poder dentro de la misma. Y
aunque le interesan los agremiados, lo cierto es que los nuevos líderes
sindicales anteponen sus intereses personales y económicos a los de los
maestros.
Conclusión
La verdad es que la educación ha sufrido
grandes cambios, sobre todo desde la época revolucionaria. El principal cambio,
a mi parecer, es que ya se le da importancia a la escuela y a que todos los
niños y jóvenes aprendan sin importar sus condiciones socioeconómicas. Otro
punto importante y con el que me quedo, es que al parecer esta lucha por enseñar
ha existido desde hace mucho tiempo, los docentes nos cerramos y no permitimos
que especialistas en otras materias como ingenieros o doctores impartan clases,
a mi parecer esa es una actitud negativa que hay que cambiar, porque somos
egoístas en cierta medida.
En el caso de la descentralización y la
centralización, creo que cada nuevo gobierno debe analizar las necesidades
educativas que se tiene y tratar de solucionarlas, el hecho de descentralizar
la educación le da libertad a los estados para hacer eso precisamente. Cada
gobernador tiene la oportunidad de ver en que está fallando la educación de su
pueblo y buscar soluciones, además de ordenar los contenidos de acuerdo a sus
prioridades.
Me sorprende saber cuánto poder puede
tener un gremio unido, en el caso del SNTE
no se puede negar que son unidos, pero lamentablemente usan esa unidad
para beneficio propio y ya no piensan en la educación y menos en los alumnos.
Los sindicalistas dejaron de lado la educación por ir tras la política, lo que
no sería malo sino fuera porque en busca de más poder se pierden los principios
educativos.
Referencias
Bibliográficas
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la Revolución (1910-1919)”, en Historia de una profesión. Los maestros de
educación primaria en México, 1887-1994, México, CIDE/SEP (Biblioteca del
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constructivo del movimiento educacional de México surgido de la Revolución. Las
escuelas rudimentarias”, en Concepción Jiménez Alarcón, Rafael Ramírez y la
escuela rural mexicana, México, SEP/El Caballito, pp. 99-105.
Artículo 3ro. (1917). En Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos. México.
Arnaut, Alberto (1998), “La
centralización posrevolucionaria”, en La federalización educativa en México,
1889-1994, México, SEP (Biblioteca del normalista), pp. 147-172.
Meneses Morales, Ernesto (1986), “La
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México 1911-1934, México, CEE, pp. 311-320.
Arnaut, Alberto (1998), “El SNTE: de la
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(1943-1998)”, en Educación 2001, núm. 35, abril, México, Instituto Mexicano de
Investigaciones Educativas, pp. 47-53.
Zorrilla, Margarita; Barba, Bonifacio, Reforma
educativa en México. Descentralización y nuevos actores, Revista Electrónica
Sinéctica, núm. 30, 2008, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de
Occidente, Jalisco, México, pp. 1-30.
quién es el o la autora de este escrito?
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